En una entrada anterior del blog titulada
diseños relaté mi inspiración para crear una colección, así como el desarrollo de la misma. El resultado final de dicho proceso fue la creación de dos vestidos para ilustrar el espíritu de la colección.
Tras la presentación de diversos diseños coordinados con varios estampados llegó la hora de elegir el trabajo a materializar: un vestido veraniego de inspiración años 50 con falda de vuelo con tablones y escote trapezoidal y otro de falda fruncida y escote barco.
El siguiente paso fue la elección del tejido: una sarga de algodón ligera pero con cuerpo para poder mantener la silueta. Encargué la estampación de dicha tela con dos de mis diseños: un dibujo inspirado en las algas marinas para el primer traje y otro emulando burbujas para el segundo, ambos realizados con acuarelas y ecolinas y posteriormente tratados de manera digital para cubrir una superficie amplia.
¡Qué emocionante fue el día que recibí las telas estampadas!, ver tu trabajo realizado sobre papel llevado a un tejido es una experiencia maravillosa y muy excitante.
Para que un diseño quede exactamente como se ha pensado es conveniente la realización de un prototipo, es decir, la confección del vestido en un tejido similar al que se va a emplear, para poder ver así las correcciones necesarias.
Se hacen los patrones para elaborar el diseño y una vez corregidos tras la prueba del prototipo se llevan al tejido estampado.
Por último se confecciona el vestido definitivo con la tela adecuada, el forro y sus fornituras.
Es muy gratificante ver el resultado de una idea llevada a un elemento tangible y más si una misma se ha encargado de todo el proceso.