Hace ya varios meses que tomé contacto con el patchwork. ¡Y yo que creía que sólo se trataba de juntar retales!, pues resulta que es un mundo muy amplio, con múltiples técnicas y con el que se pueden crear millones de objetos diferentes.
Comencé por lo más sencillo: un alfiletero (o acerico), muy fácil de hacer y muy útil para tener los alfileres a mano para las siguientes labores.
Está realizado mediante el método inglés de hexágonos, en el que se utilizan papelitos para ayudar a obtener la forma deseada, unidos entre sí y relleno de guata para poder clavar los alfileres.
Tras este primer contacto con el patchwork se abrió ante mí un mundo lleno de posibilidades, en el que he seguido desde entonces aprendiendo diversas técnicas.
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