Existen varios tipos de apliques que se realizan en Patchwork y hoy voy a presentar dos de los más comunes.
En primer lugar, el aplique más sencillo es aquel en el que se utiliza un papel especial que se pega por las dos caras. Sobre este papel se calca el dibujo y se pega sobre una tela con ayuda de la plancha para luego pegar el aplique sobre la tela base. Se suele terminar con un festón para reforzar los bordes.
Otro tipo de aplique es el que va cosido a la base con una puntada escondida. El motivo se recorta dejando unos pequeños márgenes de costura que posteriormente irán metidos hacia dentro. Se pueden utilizar plantillas o un papel que pega temporalmente por una cara y se despega con gran facilidad (llamado papel de congelador) para facilitar la labor planchando los márgenes de costura hacia adentro antes de colocar el aplique sobre la base. También se puede ir doblando la tela a medida que se va cosiendo, aunque esto requiere algo más de experiencia.
Como ejemplo aquí va la chiquilla llamada Sunbonnet Sue (primero a solas y luego acompañada de su novio, aunque ahora que lo pienso le está dando la espalda ¿se habrán enfadado?).
Otras muestras de este tipo de aplique son el Dresden Plate (en español el plato de Dresde) y el abanico.
Estos son mis primeros bloques de patchwork con apliques, ahora estoy trabajando en un Baltimore, que es un aplique cosido a puntada escondida pero con más piececitas y mucho más elaborado.
Yo también estoy enganchadísima, la verdad es que es un mundo lleno de posibilidades...
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